La feria de Julio es un aliciente para abandonar el sillón de casa en la noche y recorrer las calles de esa Valencia iluminada (se nota con la crisis que aquel alarde de luz de hace unos años ha bajado de manera considerable) tan bella o mas que de día, descansando la vista en esos lugares emblemáticos que bajo una casi luna llena nos permite respirar sus aromas mas íntimos.
Si que son todas las que están, pero no están todas las que son. La pereza me pudo y queda algún rincón que plasmar... aunque en breve ocuparán el lugar que les corresponde. Entre ellas La Plaza de la Virgen, el Palacio de la Diputación, La puerta románica de la Catedral, La Plaza Redonda, Las Grandes Vías, alguno de los puentes del Turia, La Marina, etc.
Inicio el recorrido en la Plaza del Ayuntamiento con las fotos del Ayuntamiento y Correos, dos edificios en los que se conjuga belleza y elegancia,
El entorno da para muchas mas pero ese será tema para futuras incorporaciones.
Continúo por la Plaza del Mercado y entre sombras descubro dos rincones de la misma: La Lonja de la Seda y la Iglesia de los Santos Juanes, que si es bella de día , la noche la resalta mas si cabe.
La noche y la iluminación parcial dan un aire misterioso que casi sobrecoge. La imaginación subyace, añadiendo una cierta dosis de
emoción.
De allí, por la calle de San Fernando, llegué a la Plaza de Zaragoza y tomé esos rincones increíbles de las calles San Vicente y Paz, Santa Catalina (su torre, mas que verse se intuye) y Catedral, con su Miguelete vigilante y cuidador de la ciudad.
Es éste el único testimonio de fiesta en todo el Centro de Valencia a pesar del gran dispositivo montado para la Feria de Julio. Lo corregiré en las próximas horas.
Cada fachada merece ser plasmada. Ninguna es similar a sus vecinas. Modernistas y soberbias.
Se echa de menos esa Plaza Redonda, a pesar de que su transformación modernista le ha quitado aquel viejo aire de mercadeo de época. Hay cosas, que, a mi juicio, habría que mantener a salvo de transformaciones.
Es como si en los Toros, se cambiase la elegancia y el peligro del animal por un vehículo motorizado con cuernos simulados.
Algo contrario ocurre con la Plaza de Zaragoza, que tras el derribo de algunas manzanas de viviendas depauperadas y la no instalación de la Tómbola de Caridad, han permitido un marco genial para sus monumentos mas apreciados.
¿ Como dejar de incluir Teatro Principal y Banco de Valencia ?, símbolo de mis correrías por el barrio donde nací, Poeta Querol, y donde tantos lugares clave echo de menos... Plaza de Mirasol con Los Maristas y el Palacio derruido, con tantos restos de azulejos antiguos de increíble belleza que se encontraban desparramados por su solar (Dios, aquella inmensa Chincholera...).
Aún, paseando por sus calles, mi mirada busca inútilmente el cartelón negro, fijado a los barrotes de hierro forjado de la amplísima terraza, del estudio fotográfico de mi padre: "Fotografía Rob. Coffé" al inicio de la calle de Dn Juan de Austria. Y mis ojos buscan sin resultado, justo al lado, el Café La Morera, donde mi padre tomaba día tras día sus mejores "cafetitos"; la casa de muñecas de Micó, la panadería donde comprábamos el panecillo y la barra de chocolate negro para almorzar sal salir de clase. El Teatro Apolo, el de las Zarzuelas, La Cuba de Oro, el Café Royalti ( donde tantas toneladas de naranjas se vendían y compraban los jueves, con el solo compromiso de un apretón de manos) y en su interior, el cuarteto de Pascual Camps amenizaba las horas de café y relax entre sonidos de piano, violín, celo y trompeta o saxo. Y el bar Dígame, la cafetería California, y mi colegio de toda la vida: Escuela de Artesanos... (no es difícil seguir escuchando las voces de Don Enrique, Don Fernándo, Don Rafael, Don Lucas... y oler a goma y a madera de lápiz recomido, y el crujir de las tarimas de madera de las clases, y a la tinta dentro de sus tinteros de porcelana, y escuchar los gritos de los compañeros en las horas de recreo en el diminuto patio interior...Babiloni, San José, Vila, Domínguez, Alcañiz, Lara ...¡Wouw! que recuerdos..
Y como no recordar la Barbería, el bar La Alicantina, con un repetitivo loro verde: ¡ Paco...Paco...Paco...!. Sin olvidar la librería de lance de Belenguer, con sus miles de libros empolvados y rancios, la mas prestigiosa de Valencia y... yo diría de España, la tienda de comestibles de Dn Vicente, el kiosco del Tio Lino y la Tía Felisa, donde tantos tebeos leí y tantas golosinas devoré, un portal inmenso con escalera amplísima de caracol con barandilla de hierro forjado, sublime y majestuosa aún dentro de su deteriorado estado. Sin olvidar: la carbonería, la carpintería, la fontanería de Felo, la tienda de bordados de Dña. Pilar, Marcos Braulio, la Casa del Hielo (donde además comprábamos los sobrecitos de Litines Dalmau y la Zarza) y el Estanco (abastecedor de las Picaduras y paquetes de Ideales "Caldo de gallina" que devoraban los pulmones de mi padre, liándolos en cigarrillos manuales dentro de papel de Fumar Smoking y Bambú).
Ufff... cuando me reuno con mi hermana Marisa, en ciertas ocasiones se dispara nuestra ametralladora de recuerdos y sin apenas darnos cuenta nuestra infancia y adolescencia discurre ante nosotros como algo entrañable y emotivo, sin nostalgias destructoras... todo encanto y percepción.
Dejemos a un lado nostalgias que tan solo a mi me emocionan y pertenecen. ¡Sigamos el paseo!.
La señorial Plaza de Toros, abarrotada cada tarde en estos días de Feria de Julio, que junto a los de Fallas, cuelgan los mas atractivos carteles y se lidian los mejores toros por los mas famosos toreros de cada momento.
Casi apoyada en ella, la Estación del Norte, de una belleza increíble. Armónica, reposada, principio y fin de Valencia para millones de visitantes.
Poco queda ya del Antiguo Hospital de Valencia. Pero aunque sea como homenaje quise que quedase su huella plasmada en estos restos de entradas al mismo, que junto con algunos tramos de columnas, capiteles y poco mas nos dejaron contemplar de este singular Edificio. Por suerte aun queda en pié la Iglesia de San Juan de Dios, ubicada en el solar, joya de la arquitectura valenciana.
Y próximo a finalizar el recorrido, hablando de principio y fin de Valencia, sus dos torres centenarias, último vestigio del amurallamiento de Valencia: Serranos y Quarte, acceso a la Ciudad majestuoso y seguro. Especialmente en las de Quart pueden observarse impactos por doquier en su férrea resistencia ante ataques interminables recibidos en su larga historia.
¡ Espejito mágico...Espejito mágico...¿cual es mas bella de las dos... ?!.
Y en honor a la Feria de Julio, unas últimas imágenes tomadas en La Alameda, con la doble visión, clásica y moderna, bajo la tenue luz de una preciosa Luna llena .
HIMNO DEL REINO DE VALENCIA
Per a ofrenar noves glòries a Espanya,
tots a una veu, germans vingau.
¡Ja en el taller i en el camp remoregen càntics d'amor, himnes de pau!.
¡Pas a la Regió
que avança en marcha triomfal!
Per a Tú la vega envia
la riquessa que atresora i es la veu de l'aigua càntic d'alegria
acordat al ritme de guitarra mora.
Paladins de l'Art t'ofrenen
ses victòries gegantines i als teus peus, Sultana tons jardins estenen
un tapiç de murta (1) i de roses fines.
Brinden fruites daurades
els paradisos de les riberes pengen les arracades (2)
baix les arcades de les palmeres.
Sona la veu amada
i en potentíssim, vibrant ressó notes de nostra albada (3)
canten les glòries de la Regió.
Valencians: en peu alcem-nos
que nostra veu
la llum salude
d'un sol novell.
Per a ofrenar noves glòries a Espanya tots a una veu, germans vingau.
¡Ja en el taller i en el camp remoregen càntics d'amor, himnes de pau!
¡Flamege en l'aire
nostra Senyera!
¡Glòria a la Pàtria! ¡Visca València!
¡Vixca! ¡Vixca! ¡Vixca! |
Para ofrendar nuevas glorias a España
todos a una voz, hermanos venid.
¡Ya en el taller y en el campo resuenan
cantos de amor, himnos de paz!
¡Paso a la Región
que avanza en marcha triunfal!
Para ti la Vega envía la riqueza que atesora y es la voz del agua canto de alegría acordado al ritmo de guitarra mora.
Paladines del arte te ofrecen
sus victorias gigantescas,
y a tus pies, Sultana, tus jardines extienden
un tapiz de mirto (1) y rosas finas.
Brindan frutas doradas los paraísos de las riberas;
cuelgan pendientes
bajo los arcos de las palmeras.
Suena, la voz amada
y en potentísimo vibrante eco notas de nuestra alborada
cantan las glorias de la Región.
Valencianos, alcémonos en pie.
Que nuestra voz la luz salude
de un nuevo sol.
Para ofrecer nuevas glorias a España todos a una voz, hermanos venid.
¡ Ya en el taller y en el campo susurran cantos de amor, himnos de paz!
¡Ondee en el aire
nuestra Bandera!
¡Gloria a la Patria!
¡Viva Valencia!
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
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