...tan distintos...tan iguales...tejimos nuestra amistad bajo su sombra
miércoles, 3 de marzo de 2010
POESIA BAJO LAS ESTRELLAS....
Todavía es posible cerrar por momentos los ojos y soñar despierto.
Soy un viejo veraneante en Oropesa del Mar… 37 años fiel al encuentro y desde hace cerca de dos vecino “empadronado”, o sea, con derechos adquiridos.
Enamorado de dos hermosas hermanas. En ocasiones hasta antagónicas.
Una…azul…plateada…caprichosa, días serena…radiante…luminosa…relajante y otros, tempestuosa…intratable…amenazante…gris…su nombre, Concha.
La otra, absolutamente diferente,…altiva…elegante dentro de lo natural…testigo de innumerables disputas.
Desde siempre…amante declarado de sus calles empinadas…de sus casas con fachada empedrada o maquilladas de blanco…sus balcones de hierro forjado y suelos regados por rancios baldosínes…salpicada de macetas repletas de geranios en flor…sus pequeños jardines acompañando tu jadeante subida por las angostas calles…sus noches silenciosas, misteriosas,… sus luces…¡Dios…sus luces en la noche…!, tantas y tantas pequeñas cosas que la convierten en novia platónica vigilada, desde lo alto del Castillo en restauración, por los espíritus de los antiguos defensores de la Villa.
Y todo ello hizo que surgiese, inevitablemente, la idea de que ese marco bucólico acunase, en los días de verano, una bella actividad lírica… “Poesía bajo la luz de las farolas”.
Cada martes, durante los meses de verano, a las 22:00 H y sin más protocolo que presentarse bajo una de las farolas de la Plaza de la Iglesia, se inicia el acto con la entrega de poesías, previamente seleccionadas por el Organizador del acto, de forma aleatoria o solicitada expresamente por los asistentes…e incluso alguno se ofrece a leer sus pinillos en el tema.
Desde ese punto…. se inicia el recorrido en cordial conversación, algunos en silencio, con paradas puntuales bajo farolas determinadas (la mayoría de ellas tienen nombre propio y están dedicadas a poetas conocidos)…y bajo su luz se recitan con mayor o menor técnica esas bellas estrofas… haciendo que las estrellas se asomen a escuchar aquel sinuoso manantial de sentimientos expresados con una sensibilidad tan armónica que abre los poros de nuestra piel haciendo que penetre en nuestro alma.
Farola tras farola…rima tras rima…transcurren 60 minutos deliciosos, como el perfume envolvente de los cercanos almendros, cada día mas escasos, del azahar de los naranjos que de forma irregular forman parte del entorno oropesino.
El cortejo no lo forman más allá de 20 a 30 personas de distintos orígenes dentro de España. Pero se puede sentir esa sensación de disfrute común por lo bello…por lo que llega a nuestra sensibilidad.
Las miradas son evocadoras en unos, atentas en otros, prestando atención a cada sentido, al mensaje de las palabras…a esos cambios entre lo tormentoso y lo sutil…lo descriptivo junto a lo intuitivo…al amor…al dolor…a la naturaleza…a la añoranza.
Tras esa hora de común solaz…en la última farola…en una plaza adornada de una enorme roca de granito (recordando que el pueblo está construido sobre una pequeña montaña) y tras la declamación de las últimas poesías y las palabras de agradecimiento de los organizadores…lentamente se va disolviendo el grupo y las calles de Oropesa tornan a su silencio habitual.
En un mundo materialista…cada vez más escaso de tiempos para dedicarle al alma…es genial encontrar manifestaciones como la presente que vuelve a hacerte encontrar con la belleza…con lo que te permite volar lejos…muy lejos con tu fantasía.
Y esperar con ansia el paso de los siguientes doce meses para volver a sentir sueños estando despierto.
Roberto Coffé
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