Este viejo olmo...fue testigo de nuestro encuentro a los pies de la Iglesia de Santa Teresa, en la milenaria Avila, el pasado 4 de los corrientes, en la etapa de regreso tras un dificilmente superable tercer tramo del Camino de Santiago que habéis disfrutado como peregrinos.
Los calificativos vienen impresos en vuestros rostros...alegría, placer, amistad...sensaciones que deseasteis enriquecer con el misticismo de Santa Teresa, que impregna cada piedra de las murallas que acunan a la bella Avila, sus losas como calzada, sus Casas Señoriales y la pétrea y compacta catedral.
Cumplí con mi palabra y salí a vuestro encuentro a alrededor de 450 km. de la meta final: Valencia. Os agradezco vuestras muestras de amistad y cariño con que fui recibido a lo que añado el placer de recorrer juntos sus monumentos y rincones tan especiales.
Recorrer el Casco histórico desde la Catedral hasta El Convento de Santa Teresa, paseando por sus calles silenciosas bordeadas de viejos comercios (mantenidos como si el tiempo no hubiese pasado para ellos), Restaurantes, Hoteles, terrazas de bares sumamente acogedoras y su porticada Plaza del Mercado Chico señorial y emblemática... todo ello construido en piedra de granito lo que le da un aire robusto y potente.
Recuerdos del Camino, anécdotas, bromas, chistes... toda una fiesta a la Amistad.
Y en este punto, deseo agradeceros muy especialmente la invitación que me brindasteis a este suculento momento, que acepté gustoso, permitiéndome de nuevo valorar la suerte de contar con vuestra amistad, que sabéis es correspondida en la misma medida.
Con palabras emotivas de varios compañeros y unas fotografías para el recuerdo, emprendimos el regreso a nuestra querida Valencia . En ella...abrazos, despedidas y el deseo de que la 4ª marcha sea como mínimo tan especial como esta.
Cuidemos el olmo...que sus años no lo transformen en un triste recuerdo como el del encabezamiento. Podemoslo de sus ramas enfermas con comprensión y respeto, que no le falte el riego de nuestra sincera amistad. Hagámoslo crecer potente y eterno... como el mismo antes de su letargo.
¡Buen camino... peregrinos!...
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