Tal vez es una de las palabras mas utilizadas entre nosotros y que mas diversos usos tiene.
Está ligada a la credibilidad, a la comunicación, a la intimidad, a la amistad y es tan dispar su uso que ha perdido en cierta medida el sello que supone su descripción.
Se emplea en el trabajo, como una garantía de fidelidad y de confidencialidad. En la amistad: te lo digo a ti, deposito mis intimidades en ti, eres especial!. En el amor: esto solo lo sabes tu, te ofrezco mis secretos...mi vida toda...!.
Y a veces es tan solo un medio de acallar dudas, de alejar al "otro" o la "otra" de la verdad de nuestras acciones, de proteger nuestra falsedad.
Se pretende que la confianza sea algo "ciego", como profesar una fe. Que es algo que no debe comprobarse, que es ley por si misma, a pesar de fisuras mas que evidentes. Se intenta transformarlo en un Pasaporte a cualquier lugar colocando una venda al que debe confiar teniendo derecho a todo, justificando cada falta:... no es eso..es aquello, veo que no tienes confianza en mi!.
La confianza es algo que se gana con pocas palabras y hechos evidentes. No llueve del cielo, crece dentro y es lábil como lo es la verdad o la mentira.
Un ejemplo evidente está en la política, nos piden a los ciudadanos que confiemos en su gestión, en su honestidad, en el cumplimiento de su programa y en pago... solo hay que ver las páginas de prensa repletas de incumplimientos, de saqueos, de abuso de la confianza depositada en esos mismos. Juran y perjuran pero dejando un rastro de excrementos a su paso.
Pero, por suerte, la falsedad salta a la luz porque nadie es tan inteligente como para prever descuidos involuntarios. Descubierta, la confianza salta en pedazos.
Y puede uno preguntarse, a que vienen estas reflexiones?. La respuesta está en la vida misma. Sobran los nombres.
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