Hoy se modificó, después de una fidelidad que duró varios meses, el sendero por el cual caminar el grupo de fieles en la marcha de los sábados.
Partiendo desde un punto cercano a Torres Torres, un encantador pueblo en la dirección Sagunto a Segorbe, se inicia la marcha por lo que fue la vía férrea minera que aportaba mineral de hierro desde el Norte a la Siderurgia de Sagunto.
Desaparecida la caja de "piedra machaca" y las vías de hierro fijadas a las traviesas que la sustentaban ...se sustituyó por un firme de asfalto bastante cuidado, de pendientes suaves que se adentra, bordeando Algimia, en una zona de cultivos muy variada en especies, donde te encuentras a ambos lados campos de naranjos, mandarinos, limoneros, nísperos, cerezos, olivos, almendros, algarrobos, zarzas...que ofrecen una relajante sensación de verdes diferentes, salpicados por sus frutos correspondiéntes, estos con mayor contraste de colorido.
El perfume a azahar se mantiene durante casi todo el recorrido y es curioso observar árboles donde comparten ramas las flores de azahar y su fruto naranja.
Todos regresaron satisfechos de este recorrido tras los cerca de 20 km andados. Hasta yo tras mi corta marcha de 4 o 5 km. Mi placer está mas cercano a la fotografía que al ejercicio. Tal vez sea por este cuerpo estilizado con que Dios o la Naturaleza me premiaron!.
¡Jajaja...de ilusión también se vive!.
En el Bar Torres Torres, donde Antonio reservó mesa, poco mas tarde de llegar y tras un refrescante aperitivo, nos sirvieron unas entraditas de mejillones, patatas bravas y calamares...para preparar, junto con unas ensaladitas de lo mas ricas, la llegada de una paella "preciosa" de aspecto pero lo mas importante...suculenta y sabrosa...(vimos los fuegos donde las preparan, fuegos de leña), digo preparan porque la nuestra estaba rodeada de otras mas, que despedían un aroma que ya querrían para sí Loewe, Hugo Boss, Caolina Herrera y otros afamados perfumistas mas...
Catorce comensales hicimos los honores a manjares tan exquisitos, regados por cervecita y vinos con colofón de postres varios...(entre los que destacaban dos Wisquis con tarta para quitarse el sombrero).
Tertulia divertida y sana fueron el vehículo habitual en el que se desarrolló la comida.
Y de allí, cada uno a su casita...a recuperarse de la marcha.
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