martes, 5 de abril de 2011

El nuevo cauce del Turia


Sería injusto hablar solo del Parque Natural del Turia (cabecera del río) y no de su cauce por la ciudad, su viejo cauce mejor, ahora sus jardines.

Los que lo hemos vivido, con arbolado (cuantas veces las hojas de sus moreras alimentaron a los gusanos de seda que a modo de mascotas cuidábamos en casa esperando su metamorfosis en una preciosa mariposa multicolor saliendo de sus capullos de seda) solo a lo largo en sus bordes, con un hilo de agua o desbordado, con peces, ranas y serpientes de agua, con chabolas y cañizos, contemplando hacer la instrucción a los nuevos soldados de los cuarteles de una cercana Capitanía, con los refugios convertidos en galerías de tiro del Ejercito , con prostitutas ejerciéndo por la tarde/noche con militares y no militares abajo entre luces y sombras, pedregoso e inhóspito...; no podemos menos que valorar el excelente trabajo realizado en esos mismos lugares para disfrute de todos nosotros.


¡Dios que nostalgia de aquella niñez perdida para siempre y que nuestros hijos y nietos solo podrán vivírlas husmeando en los recuerdos de la Red!.

La frase de Valencia ciudad de flores, que durante años fué como una insignia de nuestra ciudad, no era del todo justa. Los jardines de Los Viveros y El Parterre, junto al botánico y los boulevares de las Grandes Vías para una tercera capital a mi juicio era excesiva, unicamente podría aceptarlo si el azahar de los cercanos campos de naranjos, en su época de florecimiento, se sumasen a las propias de los jardines mencionados.

Una Valencia parcialmente rodeada por su río que de pronto, en una noche dificilmente olvidable, se ve convertida en un manglano de barrios con acceso a los mismos durante horas impracticable y que al retirarse sus aguas dejan atrás un lodazal y ruinas, que paralizaron la vida de Valencia durante mucho tiempo. Sus secuelas aquellos que las sufrieron jamas podrán olvidar.




La transformación, con todos sus honores, vino de la mano del Plan Sur, que desviando el río en una obra genial, además de hacer prácticamente desaparecer el riesgo de nuevas inundaciones  tan devastadoras como la sufrida en el 1957, de la que dejo una constancia gráfica mínima, permitió dotar de un potente pulmón a Valencia a la par que vestirle de bucólico Arco Iris e impregnarlo de aromas regándolo de flores.

Este inofensivo río actual, lugar de esparcimiento y deleite, ocupa el mismo espacio que la foto en blanco y negro muestra de parte a parte de agua.

Para mayor ilustración ir a:

Son 6,5 km. de vegetación lo que significa alrededor de 5,3 m2 por habitante.

Tan solo inserto algunas fotos tomadas de Imágenes de Google como referencia, dejando enlaces con páginas, que si os resulta curioso, os permitirán saborear con intensidad este fantástico
Paraiso.
 






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